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Arquitectos: Stanaćev Granados
- Área: 120 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Pablo Casals-Aguirre, Manu Granados
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Casa Morla es el resultado al encargo de un proyecto situado en Matanzas (Chile), una pequeña población costera famosa por sus condiciones para la práctica de deportes de agua. Al tratarse de una vivienda para alquiler debíamos optimizar al máximo las superficies y pensarla a partir de un lenguaje arquitectónico que nos permitiera trabajar con un presupuesto ajustado sabiendo que sería ejecutada con mano de obra local no especializada.
El proyecto debía resolver de forma compacta pero flexible un programa de vivienda unifamiliar para arriendo con una superficie de 120 m2 con espacio de living, comedor, cocina, tres dormitorios, dos baños, despensa, bodega y terraza.
El planteamiento fue generar un volumen a partir de su relación con el exterior, determinado por las condiciones tan particulares del lugar en el que se instala: la vista sobre el océano Pacífico al norte, el fuerte viento sur predominante, el intenso sol de poniente y el ansiado sol de oriente.
Volumen demediado: la casa es un cuerpo de caras antagónicas con un lado surponiente abstracto, cerrado y misterioso que se torna figurativo y extrovertido en sus fachadas norte y oriente. Para conseguirlo, se usa un único material - madera de pino teñida de negro - trabajada de forma entablada y continua por un lado y dejando la estructura de madera laminada a la vista por el otro.
Espacio líquido: como en el cuento de García Márquez, para diluir la dicotomía dentro, generando una suerte de estado fluido, el interior de la casa se reviste de la misma madera negra, un hecho que busca enfatizar el exterior, al tiempo que equilibra la intensidad de la luz, los reflejos y las sombras, generando aquí también cierta contraposición entre la luminosidad de los espacios principales y la penumbra de aquellos espacios transitorios que funcionan como diafragma. La piel interior negra, el lucernario escondido, la escalera abierta, la puerta corredera del salón y los planos horizontales blancos de los cielos, hacen posible este juego de matices.
Promenade: para acentuar la idea de espacio continuo y fluido, se plantea otra serie de gestos como son el acceso mediante una pasarela al modo en cómo se accede a una embarcación, que nos permite elevar el nivel principal de la casa con vistas sobre el mar. Al entrar, el espacio principal se lee de un vistazo, donde la escalera interior abierta se presenta de inmediato dejando ver el jardín inferior en una visual completa. La terraza prolonga el espacio interior de salón y dormitorio fomentando la circulación y el uso desde el exterior.
Usos duales: con la idea flexibilizar la manera en la que la casa se usa y aprovechar al máximo su superficie, se plantean una serie de elementos multifuncionales: la cocina es también el antepecho de la escalera, la despensa se sitúa en la circulación hacia el baño y el dormitorio principal, la circulación del nivel inferior sirve como espacio polivalente regalado, al tiempo que la pasarela de acceso se disfruta también como terraza alternativa.